Hace unas horas nos enteramos del fallecimiento del escritor argentino Ernesto Sábato; ocurrido hace unas horas del fallecimiento del poeta chileno Gonzalo Rojas, y hace unas horas de estar comentando la metafísica y cuántica de los poetas y escritores…
Inmediatamente se nos viene a la mente, la muerte del escritor Hugo Correa, quien con títulos como Los Altísimos o El que merodea en Lluvia aquilata el título de padre de la ciencia ficción chilena, muerte ocurrida en la misma semana que la del también escritor de ciencia ficción, figura indiscutida del género a nivel mundial, el británico Arthur C. Clark.
¿Qué extraños paralelismos de vidas o muertes se entretejen en la trama literaria de todos los tiempos?
¿Por qué secretas sincronías se rigen las estructuras de los textos como causa y efecto de las personas y los verbos?
William Shakespeare, dramaturgo, escritor, y actor inglés a quien se le atribuye más de 40 de las obras más notables y que con la frase “ser o no ser, -esa es la cuestión” pronunciada por el personaje Hamlet de su obra homónima, constituye la cumbre de las letras inglesas, falleció la noche del 22 al 23 de abril de 1616.
Así también, Miguel de Cervantes y Saavedra, escritor y poeta español que con obras monumentales como el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha o Novelas Ejemplares; definió los lineamientos de lo que hoy conocemos como novela y por cierto es reconocido como padre de las letras españolas y castellanas, falleció a su vez la noche del 22 al 23 de Abril de 1616.
Y el Inca Garcilazo de la Vega, también escritor y poeta en cuya obra se conjuga por primera vez la narrativa del viejo y el nuevo mundo en una inédita amalgama de espíritu salvaje y barroco, falleció –también y sorprendentemente- la noche del 23 de abril…
De 1616.
¿Por qué?
Nada es casualidad, dice la ley universal de causa y efecto en los escritos de Hermes Trimegistro. Todo ocurre por algo.
¿Por qué semiótica conspiración podemos constatar los paralelismos en las muertes, las vidas, los personajes y las obras de poetas y escritores?
¿Sería la literatura esa especie de númen colectivo en el que además de reunirse las historias de las vidas y los sueños de los hombres asistirían también otras jerarquías universales desconocidas e ignotas, pero presentes y permanentes con un rol preponderante y definitivo en el delicado juego de la realidad y la ficción, la razón y la locura, la historia y la religión, la escritura y la vida?
Pregunta Ernesto Sábato, en El escritor y sus fantasmas, uno de sus libros desconocidos:
“¿Existe algo eterno más allá de este mundo y en perpetuo cambio? Y si existe, ¿Cómo podemos alcanzarlo?, ¿Mediante qué intermediario, merced a qué fórmula mágica?
Nos atrevemos a responder:
-Sí!
Existe una realidad hipertextual y metapoética, ¿metafísica? de las letras, que llamada realidad paralela, superstición, sicomagia, semiótica, astronomía u ocultismo; une la física cuántica y la poética, la realidad inmediata y eternidad en una espacio antiespacial y en un momento atemporal en el que confluyen y se entremezclan todas las narraciones y los universos de las que provienen, supeditadas a un plan invisible, pero inmanente, al que se puede acceder mediante ciertos ritos y fórmulas en momentos determinados y exclusivos.
Siendo la literatura uno de los más seguros de ellos.